La pandemia del Covid-19 ha puesto en evidencia que cantar es un factor de alto riesgo para contagiar la enfermedad, y más en el caso de cantar en grupo. Varios coros tuvieron casos de enfermos e incluso muertes entre sus cantores. Estudios recientes confirman que la dispersión de los virus a través de los aerosoles es la posible causa.
Nuestro grupo pensaba que una buena forma de minimizar el riesgo de infectividad entre cantantes era llevar mascarilla pero ésta aumenta la sensación de incomodidad en respirar y reduce la visibilidad de la cara, lo importante en la comunicación oral. Por este motivo pensamos probar una pantalla facial y comparar los resultados en llevar mascarilla quirúrgica, siempre en relación a la normalidad, es decir, a no llevar ningún impedimento ante la cara.
Por eso diseñamos un estudio científico con un primer objetivo que comparaba la potencia vocal y su eficacia en decibelios (dB) a lo largo de la extensión vocal de cada cantante con el uso de mascarillas quirúrgicas, pantallas faciales libreguard.care (8 ) y normal (sin obstáculos). Y como segundo objetivo preguntarles el tipo de incomodidad o no que los representaba.
El estudio concluye que llevar mascarilla quirúrgica o pantalla facial no altera la eficacia en decibelios para cantar el máximo de fuerte o suave de nuestra tesitura, respecto a la normalidad. Pero que el aspecto psicológico de confortabilidad se decanta negativamente hacia las mascarillas, como era de esperar. Hay que aprender a convivir a cantar con mascarillas ya que no tenemos cultura, sobre todo ahora que nos encontramos de lleno en la segunda ola de la pandemia en nuestro país. Damos consejos de cómo podemos encontrar beneficios en llevar mascarillas. En nuestro ánimo hay voluntad de buscar soluciones para cantar de forma cómoda a pesar de todas las incomodidades.
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